EXPLORACIONES EN EL GRAN CAÑÓN DEL COLORADO

EXPLORACIONES EN EL

GRAN CAÑON DEL COLORADO

LOS MISTERIOS DE LA GRAN CAVERNA SALEN A LA LUZ 

EL ENTUSIASMO DEL PROFESOR JORDAN

     Extraordinarios hallazgos indican que los pueblos nativos originarios del Gran Cañón emigraron de Oriente.

La última noticia sobre el progreso de las exploraciones del descubrimiento arqueológico que los científicos consideran en la actualidad no sólo el más antiguo de los Estados Unidos, sino uno de los de mayor valor del mundo, descubrimiento mencionado hace ya algún tiempo en “Gazette”, llegó a la ciudad ayer con G.E. Kinkaid. Este explorador encontró hace unos meses, una gran ciudad subterránea en el Gran Gañón, cuando seguía el curso del río Colorado en una canoa de madera, en un recorrido que iba de Green River a Yuma.

Según la historia que el Sr. Kinkaid contó a “Gazette”, con los descubrimientos que han hecho los arqueólogos del Instituto Smithsonian, que financia las expediciones, se puede demostrar de manera concluyente, que la raza que habitó en esta misteriosa caverna, esculpida en la dura roca por manos humanas, era de origen oriental, seguramente de Egipto, de la época de Ramsés. Si sus teorías son fruto de la traducción de las tablilla  con jeroglíficos encontradas, el misterio de los pueblos prehistóricos de Norteamérica, su arte antiguo, quienes eran y de donde procedían, quedará resuelto. Egipto y el Nilo, y Arizona y el Cañón del Colorado quedarán unidos por una cadena histórica que se remonta a épocas capaces de sorprender las ideas más extravagantes de la mejor ciencia ficción.

     UNA EXPLORACIÓN EXHAUSTIVA

Bajo la dirección del Profesor S.A. Jordan, el Instituto Smithsonian está llevando a cabo un trabajo exhaustivo que  no cejará hasta dar con el último eslabón de la cadena histórica. A lo largo de casi 1, 5 kilómetros y  a una profundidad de 450 metros, la exploración de  los principales túneles ha  desembocado en otra cámara de mamuts desde la cual irradian, como los radios de una rueda, multitud de pasadizos.

Se han encontrado centenares de habitaciones, a las que se llega por pasadizos secundarios procedentes del túnel principal. De éstos pasadizos, uno se ha explorado a lo largo de 260 metros y  otro a lo largo de 193 metros. Los hallazgos recientes incluyen objetos desconocidos por la cultura nativa de la zona y son, sin lugar a dudas, originarios de oriente. Instrumentos  de guerra, herramientas de cobre, puntiagudas y duras como el acero, indican el nivel elevado de civilización de este pueblo desconocido. El interés de los científicos hacia este descubrimiento ha crecido a tal punto que se están haciendo preparativos para equipar el campo de trabajo de manera que se puedan realizar exploraciones más amplias, y se aumentará la fuerza de trabajo  a treinta o cuarenta  personas .

LA HISTORIA DEL  SR. KINKAID

     El Sr Kinkaid, el primer niño blanco nacido en Idaho, ha sido cazador y explorador toda la vida toda la vida, los últimos treinta años al servicio del Instituto Smithsonian. Su historia, incluso contada sin detalles, suena a fábula de terror.

“Al principio, me dio la impresión de que la caverna era prácticamente inaccesible. La entrada queda a unos 453 metros de profundidad en la pared del precipicio que cae en picado desde lo alto del cañón. La zona es propiedad privada del gobierno, y está prohibido y multado el paso. Los científicos quieren trabajar sin ser molestados, sin tenerse que preocupar por los curiosos o los cazadores de reliquias atraídos por los descubrimientos arqueológicos”.

“Cualquier persona que se aventure a ir a la caverna hará el viaje en balde, y tendrá que dar media vuelta. Resumiré la conocida historia de cómo encontré la caverna: bajaba solo en canoa por el río Colorado, buscando ciertos minerales, cuando a unos 67 kilómetros más arriba del Cañón del río Cristal de El Tovar, vi en la pared este, las manchas de una formación sedimentaria  a 610 metros sobre el lecho del río. Aunque no había ningún camino, después de grandes dificultades pude alcanzar lo que había visto.

Encima de una roca, que la mantenía escondida de la vista desde el río, había la boca de la cueva. Una escalera llevaba a la entrada, a unos 28 metros de lo que era al nivel del río en la época en que estaba habitada. Cuando vi las marcas del cincel en la pared interna de la entrada, sentí interés, y asegurando el arma de fuego que llevaba, me adentré en la caverna. Recorrí varios cientos de metros a lo largo del túnel principal hasta llegar a la cripta, donde encontré las momias. Puse una en pie y le hice una foto con flash. Reuní unas cuantas reliquias y me las llevé conmigo a Yuma, desde donde las embarqué a Washington con la información del descubrimiento. Al cabo de poco se iniciaron las exploraciones.

     LOS TÚNELES

“El túnel principal tiene 3,5 metros de ancho, y se va estrechando hasta los 2,5 metros hacia el final. A unos 17 metros de la entrada, se halla  la primera ramificación de  pasadizos secundarios a derecha e izquierda, a lo largo de los cuales hay, a ambos lados, habitaciones del tamaño de un salón normal, aunque algunas llegan a los 10 o 12 metros cuadrados. Las puertas de acceso a las habitaciones son ovaladas y la ventilación se hace mediante aberturas circulares en las paredes que dan a los pasadizos, y que tienen 1 metro de grosor. .

Los túneles están esculpidos siguiendo la precisión de un ingeniero. La mayoría de los techos de las habitaciones convergen en un mismo centro. A partir del túnel principal, los pasadizos secundarios giran en un ángulo cerrado y se dirigen al interior, pero al llegar al final van gradualmente tomando una dirección en ángulo recto.

     LA CRIPTA

“A unos 30 metros de la entrada hay una especie de sala de unos cien metros de largo, donde está el ídolo o imagen del dios de este pueblo, sentado con las piernas cruzadas, con una flor de loto o nenúfar en cada mano. Los rasgos de la cara y toda la escultura son orientales. La estatua es muy parecida a Buddha, aunque los científicos todavía no están seguros de a qué culto religioso representa. Teniendo en cuenta todo lo que se ha encontrado hasta le momento, es posible que el culto al que se acerque más sea el de la antigua cultura tibetana.

“Alrededor de este ídolo hay estatuas más pequeñas, algunas muy bellas, y otras con formas distorsionadas y el cuello torcido, probablemente, símbolos del bien y el mal. Hay dos grandes cactus con prominentes ramificaciones, uno a cada lado del altar en el que se encuentra el dios. Todo está tallado en una dura roca parecida al  mármol. En el lado opuesto al altar, se han encontrado herramientas de cobre de todo tipo. Este pueblo conocía perfectamente el arte perdido de endurecer este metal, tan buscado por los químicos durante siglos sin ningún éxito. En un banco situado alrededor de la habitación de trabajo quedaba algo de carbón y otros materiales usados seguramente en el proceso de elaborar el metal. También hay restos de materiales y una sustancia mate, lo que muestra  que este pueblo sabía derretir la mena o mineral del que extraer metales, aunque de momento no  se tiene idea de dónde ni cómo lo hacían, ni tampoco de la procedencia de la mena.

“Entre los otros objetos encontrados hay jarrones o urnas y copas de cobre y oro, de diseño muy artístico. Las piezas de cerámica incluyen recipientes esmaltados y vasijas de cerámica vidriada. Otro pasadizo conduce a graneros como los que se encuentran en los templos orientales. Contienen semillas de varios tipos. Al mayor de ellos, no se ha podido entrar todavía, porque tiene 3,5 metros de altura y sólo se puede acceder a él por arriba. Hay dos ganchos de cobre en la parte alta , en los que debería sostenerse alguna escalera. Los graneros son redondeados, debido a que el material del que están construidos, según creo, es un tipo de cemento muy duro. También se ha encontrado un material gris en la caverna, que tiene desconcertados a los científicos, ya que de momento no lo han podido identificar. Parece platino. Esparcidas generosamente por todo el suelo hay “apatitas u ojos de gato”, una piedra preciosa amarilla de poco valor. Cada una de las piedras lleva gravada una cabeza de tipo malaya.

     LOS JEROGLÍFICOS

“En todas las urnas, en el dintel de las puertas, en la pared, en las tablillas de piedra encontradas al lado de la estatua hay misteriosos jeroglíficos, que el Instituto Smithsonian espera descifrar. Lo gravado en las tablillas probablemente tiene algo que ver con la religión del pueblo que habitó en la caverna. Se han encontrado jeroglíficos similares en el sur de Arizona. Entre los gravados de tipo pictórico encontrados sólo hay dos animales, de los cuales uno es prehistórico

     LA CRIPTA

“La tumba o cripta en la que se encontraron las momias, es una de las cámaras más grandes que hay, con las paredes inclinadas en un ángulo de unos 35 grados. En ella se hallan diferentes niveles de momias, cada una ocupando su propia estantería esculpida. A la cabeza de cada uno hay un banco, en el que hay copas de cobre y restos de espadas rotas. Algunas de las momias están cubiertas de barro, y todas ellas están envueltas en una tela hecha de corteza.

“Las urnas o copas de las estanterías bajas son bastas, mientras que las situadas a lo alto, tienen un diseño más refinado, mostrando un estadio más tardío de la civilización. Cabe hacer mención del hecho que todas las momias examinadas hasta el momento son de sexo masculino; no hay  mujeres ni niños enterrados en este lugar. Ello lleva a creer que esta parte de la caverna era la destinada a los guerreros.

“Entre los descubrimientos no hay ni huesos de animales, ni pieles, ni ropas, ni ropa de cama. Muchas de las habitaciones no contienen más que algunas vasijas de agua. Una habitación de 200 por 12 metros, era probablemente el comedor, ya que se han encontrado utensilios para comer. No se sabe cuál era el sustento de este pueblo, aunque se supone que en invierno bajaban al sur y cultivaban los valles, y en verano volvían otra vez al norte.

“Más de 50.000 personas pueden haber vivido en la caverna confortablemente. Según una de las teorías, las tribus indias actuales de Arizona son descendientes de los siervos o esclavos del pueblo que habitaba la cueva. No hay lugar a dudas de que muchos años antes de la era cristiana, el pueblo que vivía aquí alcanzó un elevado nivel de civilización. La cronología de la historia humana está llena de huecos. El profesor Jordan está muy entusiasmado con los descubrimientos y cree que se demostrará el incalculable valor que tienen para la arqueología.

“Hay una cosa sobre la que no he hablado, que puede ser interesante mencionar. Hay una habitación en el pasadizo que no tiene ventilación, y cuando nos acercamos a ella un olor extraño, como a muerto nos dejó helados. Con nuestra linterna, no teníamos suficiente luz para penetrar la densa  penumbra, y hasta que no contemos con mejor iluminación, no sabremos lo que contiene la habitación. Algunos dicen que hay serpientes, otros rechazan esta idea y creen que puede haber un gas mortal o algún producto químico utilizado por esas gentes. No se oye ningún ruido, pero la habitación sigue oliendo a demonios. Todo el conjunto de la caverna con sus pasadizos subterráneos da escalofríos y pone los pelos de punta. La oscuridad se siente como un gran peso en la espalda, y las linternas y velas sólo la vuelven más negra. La imaginación se dispara en conjeturas y ensoñaciones diabólicas a través de los tiempos, hasta que la mente acaba por dar vueltas vertiginosamente en el espacio

UNA LEYENDA INDIA

En relación con esta historia, cabe resaltar que entre los indios Hopi, hay una tradición que cuenta que sus ancestros vivieron en el pasado en un mundo subterráneo en el Gran Cañón hasta que surgieron disensiones entre los buenos y los malos, los que tenían un solo corazón y los que tenían dos. Machetto, su jefe, les aconsejó que abandonaran el mundo subterráneo, pero no había ninguna salida. El jefe entonces hizo crecer un árbol que agujereó el techo del mundo subterráneo y así, las personas de un solo corazón salieron a la superficie. Permanecieron en Paisisvai (el río Rojo), que es el río Colorado, y cosecharon maíz y otros cereales.

Mandaron un mensajero al Templo del Sol, pidiendo la bendición de la paz, la buena voluntad y la lluvia para el pueblo de un solo corazón. El mensajero nunca volvió. Pero todavía hoy en los pueblos Hopi a la puesta del sol, los ancianos de la tribu salen de las chozas para mirar el sol, buscando a lo lejos al mensajero. Cuando vuelva, recuperaran sus tierras y su antiguo hogar. Esta es la tradición.

Entre los gravados de animales que hay en la cueva, se ve la imagen de un corazón . La leyenda, la aprendió W.E. Rollins, el artista, el año que pasó con los indios Hopi.

Hay dos teorías sobre el origen de los egipcios. Una es que vinieron de Asia, y la otra que la cuna de esta raza se hallaba en la parte alta del Nilo. Heeren, un egiptólogo, creía que el origen de los egipcios era indio. Los descubrimientos del Gran Cañón aportarán más luz a la evolución humana y las épocas prehistóricas.

Traducido del inglés al español por Elisabet Subiros

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